Textos que compartidos se vuelven viajeros.

16/1/13

“Selenne” ¿Milagro o mujer común?



Por Manuel Tiberio Bermúdez

Se llama Iselmid Selenne Tamayo Sánchez y nació en La Celia Risaralda, en 1972. Desde hace algunos años vive en Caicedonia, Valle del Cauca, municipio en el que fundó la “Congregación de Jesús”, que luego deriva en lo que hoy se conoce como la agrupación “Santa María Madre de Dios”.

Para sus seguidores, Selenne es un milagro de mujer quien ha vivido algunos procesos sobrenaturales a los que sus detractores han visto como brujería o espiritismo. También se asegura que tiene visiones, revelaciones en las que muchos creen y otros son escépticos. 




“Hemos sido muy perseguidos, antes y ahora” asegura Alba Lucia Yusti una mujer que desde hace unos 18 años es su seguidora incondicional y la ha convertido en su guía espiritual.

Según Alba Lucía, a Selenne, “Dios en sus sueños le mostraba que iba a tener a dos personas que la iban a apoyar. Dos personas que iban a estar junto a ella y que ella iba a realizar todos sus planes con la ayuda nuestra. Esas personas somos José Emilio Yepez y yo”

Selenne es menuda, casi frágil, de voz educada para acariciar las palabras y llevar un mensaje que ya cuenta con muchos seguidores, pero también con detractores que no creen en sus propuestas, está mujer a quien conocen como “Selenne” está logrando convertir a Caicedonia en un centro de peregrinaje al que llegan personas de distintos lugares del país.
Primero fue con la creación del “Jardín de María”, un pequeño espacio de terreno en el que se rinde culto a la Virgen. Sitio que se creó -según se dice- “debido a unas revelaciones que la Virgen le hizo a Selene” en 1996. Allí, se asegura, han tenido lugar algunos milagros y se celebran misas de sanación.

Hoy, el atractivo para los seguidores de “Selenne”, es el templo “Santa María Madre de Dios”, construido en la vereda Montegrande, una de las regiones más ricas de Caicedonia en donde la tierra tiene los precios más altos en el Municipio.

Y aunque se asegura que la construcción se realizó con aportes de la gente del Municipio y de otros donantes anónimos, se dice también que el coste total de la obra supera los 3 mil millones de pesos.
La construcción se inició en el 2005, con la bendición del terreno y puesta de la primera piedra por parte de Monseñor, Hernán Giraldo Jaramillo, responsable de la diócesis de Buga,  y culminó el 6 enero de 2013, con la inauguración del templo.

Al acto inaugural se hicieron presentes cientos de peregrinos llegados de diversas partes del país y del exterior. También acompañaron la ceremonia 4 obispos colombianos y uno peruano, es decir, la obra tiene el aval de la iglesia católica.

 El diseño –aseguran- “está inspirado por Dios a través de nuestra fundadora y se puede apreciar en su estructura la forma de la medalla que es la insignia de la organización”. En la arquitectura se aprecian elementos greco-romanos, domos y acabados modernos y la construcción es imponente y hermosa. “Como lo merece nuestro Dios” dice Selenne.

Me fui a Caicedonia para dialogar con ésta mujer que ya empieza a crear controversia, y aunque ella no lo dice abiertamente, a despertar envidias entre algunos sacerdotes que ven como esta pequeña dama, madre de cuatro hijos,  ha logrado realizar esta obra magnífica y en tan corto tiempo. Según Selenne, el secreto está en entregar a Dios lo que es de Dios y al César lo que le pertenece. 


El templo está a unos 9 kilómetros de Caicedonia. Fui en la mañana a observar la edificación y a hacer algunas fotografías para el reportaje. Tierra privilegiada la de esta zona de Montegrande, sembrada con Guanábanos, Maíz, cítricos y otros diversos cultivos.

Regresé en la noche para hablar con Selenne ya que tenía una reunión con quienes colaboraron en la reciente inauguración del templo. Me recibió amablemente y me presentó a su esposo. Le dije que habláramos donde se sintiera más cómoda y escogió la sacristía. Allí tuvimos la conversación que comparto con los lectores.

¿Por qué eligió a Caicedonia para levantar éste espacio de adoración?
“La Congregación se fundó en Caicedonia hace 18 años. Vivimos algún tiempo en el pueblo y después nos trasladamos aquí a Montegrande y viento la romería, la cantidad de peregrinos que acudían a nuestras oraciones nos vimos en la necesidad de iniciar un proyecto de una capilla de vereda. Pero cuando pusimos la primera piedra para esa capillita de vereda había más de mil personas y el obispo, Monseñor Giraldo, me dijo: ¿Usted dónde va a meter toda esta gente?”

“Ahí se nos prendió el bombillito y nos dimos cuenta que realmente la obra tenía que ser grande, había muchísimos seguidores y por inspiración de Dios –pienso- surgió lo que es hoy “Santa María Madre de Dios”, que no es una capilla, ya es un templo”.

“¿Y por qué Caicedonia? Yo pienso que el Señor, bendice su pueblo, yo pienso que él derrama su bendición donde Él quiere, y el escogido fue Caicedonia. ¿El por qué?, yo no sabría responderle claramente porqué, sino, porque así lo quiso Dios”.

¿Quién encuentra a quién en este caminar suyo en busca de la Fe. Usted busca a María o ella la encuentra a usted?
Una sonrisa, teje la primera palabra de su respuesta. “Yo pienso ahora, que desde niña me vi muy llamada a las cosas de Dios. Pienso que es algo que nació  conmigo. Y pienso, más bien, que ella nunca me soltó de la mano”.

“Pienso que toda la vida he caminado de la mano de ella, pero fue ella quien vino y ratificó, realmente, que para esto había nacido. Para que en este mundo tan permeado por la tecnología busquemos todavía esas semillas de los hijos de Dios, esa semilla de Fe, esa semilla que está todavía sembrada pero que se quedó muerta, porque como usted dice, los papás hoy ya no inculcan mucha devoción, sino muchísimo estudio porque hay que ganar dinero. Eso es verdad, pero todos nacemos con esa semilla de Fe, y no es sino ir, avivarla y mostrarle a cada ser humano que allí está. Es ayudarle a que la encuentre y que germine”.

¿Y en qué momento de su vida siente que está más cercana a lo espiritual?
“Yo tuve una experiencia de 3 años y dos meses y medio enferma. Viví un estado de coma por tres meses y medio y pienso que después de mi recuperación mi gratitud con Dios era enorme.

Comienzo a sentir ese llamado cuando tenía 21 años más o menos. Un llamado fuerte a un apostolado, a que la gente se diera cuenta que había otro mundo, que se podía vivir mejor, que no era simplemente lo que el mundo nos mostraba, que no nos da felicidad sino que todo es efímero y desaparece pronto, pero,  nos deja muchos vacios en el alma.

Yo quería llegar a la gente con un evangelio práctico. Llegar a los hogares a decirle a ese papá, a esos niños que se podía vivir mejor, y yo pienso que hasta el momento lo he logrado en el Señor porque son muchas las familias, ahora en congregación, que aprendieron a ser felices, pero en Dios, amando las cosas del mundo, pero no estando en el mundo.

¿Y qué pensaba una muchacha entre los 9 y los 18 años, edad en que la juventud palpita en todo el cuerpo y reclama nuevas vivencias, nuevas experiencias, nuevas metas?
“Es curioso. Es muy curioso porque siempre fui muy guiadita al lado de mi mamá y mis pensamientos desde niña siempre eran ayudar a los niños, a los viejitos. Nunca me vi como llamada”…

La interrumpo para repreguntarle: ¿Nunca le gustó la rumba o sí?
“Después de mi enfermedad tuve un momento, que yo lo catalogo como una sequedad espiritual, como un desierto en mi vida, porque fue una prueba muy difícil y yo me preguntaba ¿dónde está Dios?, y viví dos años sin Dios. Y vivir dos años sin Dios fue haberme entrado en ese mundo de la rumba, en ese mundo normal de la gente, pero no fue sino dos años. Dos años después se inició todo esto y me di cuenta que realmente yo necesitaba conocer ese mundo para poder hablarle a la gente de él, porque nadie puede hablar de lo que no conoce…ahí no está la felicidad, ahí no hay sino problemas”.

¿Cómo se manifiesta la divinidad para usted. Entiendo que su relación principal es con la Virgen o mejor usted promueve o le hace más campaña a la Virgen?.




 Otro esbozo de risa para responder. “No, yo no le hago más campaña a la Virgen…

Le ofrezco excusas por no conocer su lenguaje religioso y continúa su respuesta. “No, yo no le hago más campaña a la Virgen.
¿Qué es lo que sucede? Por ejemplo, en estos tiempos difíciles uno ve la controversia contra La Virgen. Y con una cantidad de interrogantes de, si fue virgen, si no fue virgen, si tuvo más hijos. ¿Yo qué hago? Eso no interesa. Es la Madre de Dios. Dios la escogió. ¿Quiénes somos nosotros para no escogerla? El ángel le dice a José: “No temas llevar a tu casa a María”. Si eso se lo dice un ángel a San José, que no nos dirá a nosotros pecadores.

No es que le haga más campaña a La Virgen, porque sucede esto: Yo, soy una enamorada sí de la Santísima Virgen María, pero ella me llevó a amar a Jesús. Ella me llevó a amar la palabra de Dios y una vez me dijo: “si esto sientes entrando en el corazón de una esclava, qué sentirás cuando entres en el corazón de mi hijo que es el rey?.

Entonces empecé a amar, a amar enormemente a Jesús en el Sacramento de la Eucaristía. Ni tanto para el uno, ni tanto para el otro porque para mí los dos son grandiosos y el uno y el otro, yo los uno en la misma trinidad. Y el que ame a la Virgen no le quita en nada a la gloria que tiene Jesús. Yo pienso que toda mamá se siente feliz de que su hijo sea amado y el hijo se siente feliz de que su madre sea amada.

¿Se puede aplicar –le digo- aquello que dice que todo queda en casa?
Si,  afirma, dejando escuchar su  risa más abierta.


¿Cómo hace usted para conquistar a esa juventud un poco díscola y descreída de la que hemos hablado antes? ¿Qué les propone?, ¿Qué les plantea para que vayan haciendo otro tipo de caminos en el alma?
Hay una cosa que aprendí y es el evangelio del amor. Yo amo. Voy por el mundo regando semillas de amor verdadero, de sinceridad. Ellos llegan aquí con sus aretes, con sus piercing, con sus cabellos largos. En ningún momento yo les digo que eso está mal hecho o mírense en un espejo como se ven de mal. ¡No! Yo les voy enseñando palabra de Dios y ellos solos por la luz del Espíritu Santo, se van quitando sus ornamentos, se cortan su cabello y los ve uno con unos ojos distintos. Ya no son unos ojos tristes ni vacios, sino luminosos y llenos de amor. Porque encontraron quien los amara de verdad y quien les dijera realmente a qué vinimos. El profeta Isaías dice: “Mi pueblo se pierde por falta de conocimiento” y se refiere a toda esa juventud.

La juventud de hoy no tiene dirección porque papá y mamá no tienen tiempo de sentarse con ellos a enseñar como enseñaban los abuelos el catecismo.

¿Cómo se atraen? Con amor y con verdad. No se obliga, no se les exige, porque la palabra de Dios es muy clara y va transformando.

Y hablando con el lenguaje de los muchachos –le digo- ¿ellos le comen cuento al discurso que usted propone?
Otra vez provoco su risa antes de responder. “Ellos son muy lindos porque después de que termino alguna de mis predicas o de mis charlas dicen: ¿Qué tiene ella que siempre lo hace llorar a uno? Y yo pienso que esas lágrimas van esclareciendo el alma. Y esa luz cuando entra en el corazón deja visto todo lo malo que hay y ellos mismos optan por renovarse y los ve uno verdaderamente felices. Son jóvenes espontáneos, libres, pero con el convencimiento de que hay un mundo distinto.

¿Cómo ve la Caicedonia que usted habita y que la habita a usted desde hace algunos años?
“Yo amo muchísimo a Caicedonia. Yo no soy caicedonita pero pienso que uno es de donde se hace y Caicedonia para mí ha sido grande y lo bendigo constantemente.

Me da mucha tristeza porque Caicedonia tiene muchísima juventud ocupada y distraída. Pero el que esté ocupada y distraída no quiere decir que no lleguen al convencimiento de la verdad. Pienso que eso hace que nosotros tengamos una responsabilidad más grande en cuanto a lo que enseñamos y a lo que oramos. Creo mucho en la oración de intercesión y sé que por la oración muchas almas pueden convertirse.

Yo no puedo decir de una Caicedonia sin futuro espiritual, al contrario, cuando uno ve que algunas personas van equivocando sus caminos, uno ve una oportunidad de salvación. Si no hay pecado no hay conversión, entonces, si hay una Caicedonia difícil yo pienso que tenemos que armarnos con verdaderas armas de amor para seguir conquistando corazones que lleven a Dios. 


¿Cómo desde su laicismo, logra este matrimonio con la iglesia católica para desarrollar su actividad? Porque de alguna forma en ocasiones, la Iglesia es excluyente.
“Yo pienso que la Iglesia no es excluyente. Lo que pienso es que más bien muchas veces nosotros somos los que nos vamos. Nosotros nos autoexcluimos, de pronto porque no me gustó lo que dijo, o porque en esa iglesia no me siento bien y esa expresión de no me siento bien, está equivocada porque el templo no es para uno sentirse bien, el templo es para un rendir adoración y gloria al que es.

Amo mi Iglesia Católica, la amo, creo que lo que soy se lo debo a la iglesia católica, yo no tendría queja alguna de mi iglesia”.

¿Qué quiere hacia el futuro de esto que ha comenzado ahora con la inauguración del templo?
“La renovación de las almas. La felicidad de la gente. Pienso que el mundo está demasiado triste. Yo soy misionera y voy a las veredas, voy por los pueblos, por los barrios y siempre encuentra uno gente triste, demasiado triste.  Gente que ha perdido las ganas de vivir, que ha perdido el horizonte. Gente que ya no sueña.

¿Qué pienso que es este lugar y qué es lo que hemos iniciado? –reflexiona-. Un verdadero sueño. Que la gente venga y siga soñando pero que la gente no se quede en el sueño y que se dé cuenta que en Dios todo se puede convertir en realidad, y que si con Él estamos, pues todo lo esperamos. En San Juan 15 dice muy claro: “Sin mí no podéis hacer nada”. Si nosotros estamos allí injertados en ese árbol que es Dios, vamos a estar bien. Falta reconocer a Dios, falta que nos sintamos hijos de Dios y que nos demos cuenta que no estamos solos”.

¿Qué camino le gustaría que tomasen los que se acercan acá?. Que no fuese solamente el deslumbramiento por la majestuosidad del templo, sino que desde el interior de los seres que vienen hasta éste lugar haya otro pensamiento.
“Yo le pido mucho a la virgencita y a Jesús Sacramentado, que cada alma que llegue prenda como una cerilla en su corazón y que no la deje apagar. Que esa cerilla que se lleva de acá encendida encienda su casa de amor, de espiritualidad. Espero que la gente se dé cuenta que a Dios se le tributa lo mejor y que Dios está siempre esperando las almas por más pecadoras que sean. Dios nos espera siempre, Dios está siempre con los brazos extendidos. Dios ama al pecador de una manera exagerada, diría yo.

¿Que espero? Que encuentren la paz. Si un alma vive en paz, esa paz se puede trasmitir a los demás.

Le digo –si usted estuviera haciendo la entrevista, ¿qué le gustaría saber de Selena?
“¿Si realmente tengo Fe?

Entonces le pregunto. ¿Realmente tiene Fe?
“Porque le digo que me gustaría preguntar si tengo Fe. Porque no se adquiere de la noche a la mañana una fe sólida y muchas personas creen que por el hecho de que vivamos un camino espiritual estamos llevados a que no nos pase nada y que todo está sobre pétalos de rosas y no es así. Aquí hemos vivido los momentos más difíciles y como todo ser humano, me he visto de llanto revestida a más no poder y hubo momentos tan duros en los que pensé que no iba a poder resistir y que no iba a seguir, pero siempre decía: “Señor, si esto es tuyo, tu lo vas a sacar adelante”, y cualquier cosa pasaba que me animaba. Así se va adquiriendo esa Fe sólida.

¿Por qué le digo que eso es lo que más me gustaría saber? Porque muchísimas almas se rinden cuando las cosas empiezan a ir mal y no se dan cuenta que Dios está mirando cuál es la actitud con la que asumen los problemas, las dificultades. Es decir, la madurez con la que las personas reciben las dificultades. Y cada cosa difícil nos saca más fuertes, más recios en la Fe y más firmes, más fieles.

Yo siempre he dicho, cuando me entrevistan, yo soy amiga de la Cruz, porque si no hay Cruz, no hay resurrección.  Tenemos que pasar primero por ese Viernes Santo, si queremos ver una resurrección.

Amo a la gente. Amo a la gente que sufre, amo a la gente que necesita ser amada.

¿Qué reflexión quiere dejarle a la gente?
“Que no se rinda. Que no piensen que porque el mundo está vuelto un caos ya no hay esperanza. Para Dios nada es imposible. Lo imposible es posible, en las manos de Dios. Que no se rindan, que por más oscuro que esté el cielo las estrellas no dejan de brillar.

¿Es usted una persona privilegiada. Siente que es diferente por acercarse a la divinidad?
“No. Eso es lo curioso, yo nunca me he sentido como por allá en un pedestal. Yo pienso que todos los seres humanos somos llamados a lo mismo. Sólo nos falta dar un paso y decirle al Señor: sí. Pero yo pienso que así como el Señor me llamó a mí nos llama a todos. Es que la palabra de Dios es clara cuando dice que llama a cada uno por su nombre. No me llamó a mi no más. A usted lo está llamando, está llamando a todos los suyos. Sólo que no todos escuchamos y si escuchamos, no todos nos quedamos.

Le doy las gracias por la entrevista y la veo alejarse a seguir con sus labores, abandonadas un momento para atender mis preguntas.  Mientras la gente se pregunta: Selenne, ¿milagro o mujer común?





 





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